RELIQUIAS SAGRADAS DE LA BIBLIA



 Si existe una religiĂłn en la que los objetos sagrados tienen un peso evidente (y actual), esa es la cristiana, donde las reliquias proliferaron como consecuencia de la necesidad de atraer peregrinos (y dinero) a distintos enclaves de la cristiandad. Muchas de las reliquias sagradas cristianas tienen precedentes antiguos y algunas están presentes en el Antiguo Testamento, por lo que tambiĂ©n son sagradas para los judĂ­os.


Espada Ardiente

Esta espada aparece el GĂ©nesis, y se dice que Dios se la entregĂł a unos querubines para que protegieran el árbol de la vida de los descendientes de Adán y Eva, de forma que estos no pudieran hacerse inmortales. Este apunte resulta curioso, ya que, si el fruto de dicho árbol otorgaba la inmortalidad, Adán y Eva todavĂ­a seguirĂ­an vivos. 


TambiĂ©n resulta interesante el paralelismo entre el árbol del Bien y del Mal que aparece en la Biblia y los manzanos del jardĂ­n de las HespĂ©rides (mitologĂ­a griega), o las manzanas de la juventud de IdĂşn, (mitologĂ­a nĂłrdica), o incluso,  la manzana de la vida que aparece en la historia del prĂ­ncipe Ahmed y el hada Pari Banu, en las Mil y Una Noches). En realidad, en las versiones originales, no se dice que el fruto fuera una manzana. Se trata de una equivocaciĂłn (o algo que se hizo de forma deliberada, no podrĂ­a jurarlo) que se produjo durante la traducciĂłn de la versiĂłn hebrea de la Biblia a la versiĂłn latina, la Vulgata. 

El tĂ©rmino «mal»  se tradujo como «malum» en latĂ­n vulgar, en el que la misma palabra significaba «malo» y «manzana» al mismo tiempo. A esto se unieron las historias de la mitologĂ­a clásica, y el fruto del árbol de la vida pasĂł a ser, a todos los efectos, una manzana. Y las numerosas representaciones artĂ­sticas, sobre todo renacentistas, hicieron el resto.

El Arca de la Alianza

De esta se ha hablado hasta el hartazgo. Junto con otras reliquias mencionadas más abajo, ya comentĂ© algo al respecto en la entrada Dioses, reyes y semidioses (parte 1).
El Arca de la Alianza guardaba semejanza con las de tipo egipcio, pero muchas de las anĂ©cdotas referidas sobre ella son inventadas. Las primeras historias sobre el Arca estaban cargadas de un potente significado filosĂłfico, conocido por muy pocos, y esto llevĂł a importantes confusiones. 

Es necesario conocer los entresijos del sincretismo entre las religiones egipcia, griega e israelita para comprender de verdad lo que era el Arca de la Alianza, igual que ocurre, por ejemplo con las Tablas de la Ley, que tampoco tenĂ­an diez mandamientos por capricho. El 10, segĂşn la secta PitagĂłrica, es el nĂşmero más importante, el tetractys, que simbolizaba el plan cĂłsmico, la llave de la CreaciĂłn. 
La Cábala judía, bebió, en cierta medida, de la doctrina pitagórica, y es imposible comprender el verdadero significado religioso y filosófico del Antiguo Testamento o de la propia doctrina judía sin estos conocimientos, que muchos, por ignorancia, consideran oscuros y malignos.

En cuanto al aspecto terrenal, el Arca de la Alianza, no era más que un cofre que se utilizaba para guardar las tablas de la ley, y que al mismo tiempo servĂ­a como «estaciĂłn de radio celestial». Solo el Sumo Sacerdote tenĂ­a derecho a entrar en la estancia del Templo donde guardaban el Arca para poder hablar con Dios.
El poder destructivo del Arca era asombroso y los filisteos tuvieron la desgracia de comprobarlo de primera mano cuando la robaron.
Actualmente se desconoce su paradero (aunque existen sospechas de que la custodian en una iglesia de EtiopĂ­a).

El báculo de Moisés

Mencionado en la misma entrada que el Arca de la Alianza, realizarĂ© un breve resumen del tema. Se dice que Dios le entregĂł este cayado a MoisĂ©s para que pudiera obrar sus prodigios frente al FaraĂłn. En Egipto, la palabra que se utilizaba para BastĂłn y Magia era prácticamente la misma (heka), con una leve diferencia en la pronunciaciĂłn. DespuĂ©s del Éxodo, la Biblia deja de mencionar el báculo de MoisĂ©s. 

No sabemos si se perdiĂł, si dejĂł de funcionar, si lo aceptĂł su sucesor, o si alguien se lo llevĂł, pero si de verdad estaba hecho de madera es poco probable que haya llegado hasta nuestros dĂ­as.

El Santo prepucio

SegĂşn la tradiciĂłn, todos los bebĂ©s judĂ­os deben ser circuncidados a los 8 dĂ­as de nacidos. Y JesĂşs no fue una excepciĂłn. El interĂ©s en esta reliquia, no obstante, surgiĂł a posteriori, como es comprensible (pues JesĂşs no se hizo cĂ©lebre de la noche a la mañana) y se escribieron varias historias apĂłcrifas, que hablaban de quĂ© se habĂ­a hecho con dicho prepucio, y cĂłmo se habĂ­a conservado. 

Muchas iglesias de Europa afirmaron poseer dicha reliquia, y aunque parezca ridículo, se ha teorizado mucho sobre si el prepucio ascendió con Jesús a los Cielos o si se quedó en la tierra, como único resto físico del mesías. Aun así, tratándose de un resto orgánico, es poco probable que se haya conservado, incluso si alguien tuvo a bien guardarlo.

La lanza del Destino

TambiĂ©n conocida como la lanza sagrada,  fue el arma que utilizĂł el soldado romano Longinos, segĂşn un texto apĂłcrifo, para atravesar las costillas de JesĂşs y asĂ­ comprobar si ya habĂ­a fallecido. Como es de esperar, muchos presumen de poseer dicha reliquia, y como ocurrĂ­a con la Espada de Marte, se decĂ­a que aquellos que la poseyeran jamás perderĂ­an una batalla. Hitler utilizĂł una de estas presuntas lanzas en sus mitines, fiel a su sentido del espectáculo. Ejemplos de lanzas mágicas tambiĂ©n los encontramos en el folklore irlandĂ©s, y en ocasiones se da por hecho que cualquier lanza con propiedades milagrosas es la lanza de Longinos. 
Se trata de una reliquia bastante popular en la actualidad, y ha aparecido en televisiĂłn, libros y teorĂ­as de la conspiraciĂłn.

El santo Grial

En teorĂ­a, se trata del cáliz que JesĂşs utilizĂł durante la Ăšltima Cena. La mayor parte de la informaciĂłn que poseemos actualmente se atribuye a textos medievales, por lo que no existe certeza sobre su paradero, más allá de las leyendas. Hay varios paĂ­ses que afirman estar en posesiĂłn del Santo Grial, entre ellos España y Reino Unido. En honor a la verdad, la palabra Grial no hace tanto referencia a un cáliz, sino más bien a una escudilla llamada «gradalis» que se utilizaba para presentar la comida a los invitados. 

Dicha palabra sufriĂł cambios al ser traducida de unas lenguas a otras, y fue perdiendo el significado original, pasando a convertirse en el «sang grĂ©al» durante el perĂ­odo bajomedieval, lo que se interpretĂł como la sangre de Cristo, o sus descendientes (algo que no comparten los estudiosos, pero sĂ­ quienes sostienen que detrás de este objeto hay una interpretaciĂłn esotĂ©rica). 

Hollywood le ha atribuido poderes sobrenaturales, pero en ningún lugar se menciona realmente cuál es el poder del cáliz, a pesar de que muchos han perdido la vida intentando encontrarlo. Desde mi punto de vista, y a un nivel más bien religioso, se puede decir que el Grial es la búsqueda del perdón divino o la redención, que debe ser perseguida a lo largo de toda una vida, y muchos, por desgracia, mueren antes de alcanzarlo.

El anillo de SalomĂłn

Aunque se lo considera un objeto mágico, es más bien una reliquia divina. De esta joya ya he hablado en la entrada Dioses, reyes y semidioses parte 2 y es, posiblemente, la más codiciada del mundo. Su poder para doblegar a los demonios (los djinn, en un sentido estricto) convertirĂ­a a su portador casi en un dios viviente, por lo que ha sido el objeto de deseo de magos y reyes durante siglos. Se dice que este anillo perteneciĂł a Adán, y cuando este fue expulsado del paraĂ­so, pasĂł a manos del ángel Gabriel, quien milenios más tarde, se lo regalarĂ­a al Rey SalomĂłn.

De este anillo hay bastantes descripciones, pero se cuenta que lleva inscrito el verdadero nombre de Yahvé y una estrella de cinco o seis puntas, la mayor protección contra cualquier entidad maléfica y símbolo de sabiduría en las tres grandes religiones. Dependiendo de los autores, el significado de ambas estrellas varía. Esta clase de símbolos encierran un significado tanto espiritual como alquímico y numerosos científicos, filósofos y alquimistas de renombre intentaron averiguar si había otros secretos detrás de estas figuras. Según otras versiones, este anillo estaba fabricado con azufre rojo y llevaba en su interior un pedazo de raíz de mandrágora.

Cuando Salomón murió, según la leyenda, lo enterraron con el anillo. Su cuerpo estaría en lo que llaman la Isla de los Siete Mares (Andamán), aunque nadie ha encontrado su sepultura.

La espada Durandarte

Esta espada perteneciĂł al famoso guerrero Roldán, sobrino de Carlomagno. La espada guardaba un diente de San Pedro, la sangre de San Basilio, los cabellos de San Dionisio y el manto de Santa MarĂ­a (aunque no sĂ© muy bien cĂłmo integraron todas estas reliquias en la espada). 

De cualquier manera, se dice que la era tan poderosa y estaba tan afilada que rivalizaba con la legendaria Excálibur, y que Roldán prefirió tirarla a un río, como sir Bedivere (véase el paralelismo) antes de permitir que cayera en manos de los vascones. Algunos creen que ese río en realidad era el lago de Carucedo, cerca del Bierzo.

La sábana Santa o Sudario de Turín


Es un sudario de lino que muestra las marcas tĂ­picas de alguien que ha sido crucificado, en este caso, se cree que se trata de Jesucristo. El sudario mide 436 cm × 113 cm y lo custodian en la capilla de la Sábana Santa de TurĂ­n.

 Se han llevado a cabo investigaciones y debates sobre esta reliquia, aunque es muy posible que el sudario pertenezca a la Ă©poca medieval (algo que corroboraron tres laboratorios y que se corresponde tambiĂ©n con las primeras pruebas escritas de su existencia). Los que sostienen que es más antiguo, insisten en que los investigadores tomaron la parte de la sábana que habĂ­a sido restituida durante el medievo despuĂ©s de que parte del sudario se quemara durante un incendio.

Huesos de santos

Los huesos de los santos eran también reliquias habituales (aunque en algunos casos, dichos santos hubieran necesitado más de 28 cuerpos para suplir tal cantidad de huesos sagrados). Los vendían en mercadillos, o los exhibían en distintas iglesias para atraer a los peregrinos. Esta costumbre, no obstante, es anterior al cristianismo, y mucho antes de la aparición de esta religión, ya se veneraban los restos mortales de héroes, profetas, semidioses y fundadores míticos en distintos templos, santuarios y tumbas de diferentes partes del mundo.

Además, sobre todo en años recientes, se han analizado muchos de estos huesos y en la mayoría de los casos, no solo no pertenecen a la época adecuada, sino que tampoco se corresponde la edad, el sexo, ni ya puestos, la especie.

Fragmentos de la Santa Cruz

La importancia de estas reliquias es comparable a la del sudario de TurĂ­n. Los fragmentos de la Vera Cruz, o la Cruz donde JesĂşs fue crucificado, llegaron a ser tan codiciados, que siguieron una dinámica similar a la de los huesos de los Santos. Hay tantos, que si los apiláramos, podrĂ­amos llenar un camiĂłn cisterna. 

Si a esto añadimos el hecho de que la madera, salvo en casos excepcionales, no se conserva bien, es evidente que la mayoría de estos presuntos fragmentos de la Cruz son falsos. Y aunque encontraran algunos que datasen de la época adecuada, podrían haber pertenecido a cualquier cruz, pues era un castigo habitual y no se diferenciarían de cualquier fragmento de madera corriente.

El maná, alimento sagrado

SegĂşn la Biblia, es el alimento que Dios les enviĂł a los esclavos israelitas reciĂ©n liberados para que pudieran sobrevivir a su travesĂ­a en el desierto. Ignorando temas polĂ©micos sobre si Éxodo fue real o no, me centrarĂ© en el propio maná. 

Se cree que era una especie de «pan», pero más bien era unas semillas blanquecinas, que una vez molidas y cocinadas, adquirĂ­an el sabor de aquello que deseabas comer (lo que me parece fabuloso, todo hay que decirlo). Lo recogĂ­an por las noches y por las mañanas, antes de que se derritiera.

Muchos han teorizado sobre si en realidad era la resina de un árbol llamado tamarisco, tĂ­pico de la regiĂłn del SinaĂ­, que era muy apreciada, y que en pleno siglo XX recibĂ­a el nombre de man es-imma (maná celestial). Otros creen que quizás es el fruto del árbol del pan, pero no hay consenso al respecto.

En resumen, hay muchas más reliquias y lugares sagrados aparte de los mencionados, pero estos son, en general, los más relevantes, pues todavía siguen ocupando un lugar importante en la cultura popular y se sigue hablando y debatiendo sobre ellos y sobre sus presuntos poderes milagrosos en numerosos programas de televisión, y aparecen en videojuegos, libros y películas.

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