En el nombre del Padre, del Hijo y del EspĂritu Santo, por el poder de la SantĂsima Trinidad
tenido, enviado, dejado o tomado en cualquier maleficio. Por el poder del Creador, por el poder de San Cipriano y el Redentor, por el poder de la SantĂsima Trinidad y de mi ángel guardián, por el poder de todos los Santos: mis enemigos conscientes e inconscientes, externos o internos, cercanos o lejanos, conocidos o desconocidos, de sexo femenino o masculino, de cualquier talla o altura, sean derrotados por la fuerza del EspĂritu Santo y la poderosa Sangre de Cristo, que sean vencidos y derrotados, asĂ como sus trabajos de maldad revocados y regresados a su origen, que el EspĂritu Santo y la Sangre de Cristo sean de mi ayuda y me guarden de los malos espĂritus a mĂ y a mis hijos. Señor haz que las armas de mis enemigos, sean hombres o mujeres, de cualquier raza o condiciĂłn de cualquier talla o estatura, sean eliminadas; si traen armas no me lastimen ni a mi ni a ninguno de los mĂos; sus ojos no me vean, sus lenguas desatadas no me ofendan; que ni diablos ni diablas, brujos o brujas, polvos devastadores arrasa con todo, velas negras o conjuradas, cigarros conjurados, figuras hechas de tela, vudĂş, cintas, fotos, hechizos con velas, algĂşn objeto mĂo o de mi familia, con partes de mi ropa o de mi cuerpo, hincadas con alfileres, agujas, vidrios o clavos, untados con sal, orines, saliva, o sustancias de cambia caminos, vira mundos, palo diablo, cambia voz, palo caja… o algĂşn otro extracto de magia negra, mala suerte, encantamientos, malos espĂritus, tierra de cementerio, tierra o polvo de muerto: sean reventados antes de llegar a mi hogar a mi cuerpo a mi esposa o alguien de mi familia. si soy perseguido o son perseguidos alguno de los miembros de mi familia, los pasos de nuestros perseguidores
cuando JesĂşs expirĂł en la Cruz. Que mi cuerpo y el de mi familia sea cubierto con el manto sagrado de la VerĂłnica para luego ver la redenciĂłn del mundo. AmĂ©n. Alma de Cristo embriágame, cuerpo de Cristo sálvame, agua del costado de Cristo lávame, pasiĂłn de Cristo confĂłrtame, sangre de Cristo protĂ©geme. ¡Oh buen JesĂşs Ăłyeme, no me dejes!, de las manos de mis enemigos lĂbrame, en la hora de mi muerte llámame para que con tus ángeles y tus santos te alabe por los siglos de los siglos. AmĂ©n. EspĂritu Santo ven, EspĂritu Divino manda tu Luz desde el cielo, Padre amoroso, del pobre don, de tus dones esplendido; Luz que penetras en las almas, fuente de mayor consuelo; ven dulce huĂ©sped del alma, descanso en nuestros esfuerzos, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos. Entra hasta el fondo del alma Divina Luz y enriquĂ©cenos, mira el vacĂo del hombre si tĂş le faltas por dentro. Mira el poder del pecado cuando no envĂas tu aliento; riega la tierra en sequia, sana el corazĂłn enfermo, lava las manchas del alma, infunde calor de vida en nuestro hielo; doma al espĂritu indĂłmito, guĂa al que tuerce el sendero. reparte tus siete dones: sabidurĂa, entendimiento, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios, segĂşn la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su mĂ©rito, salva al que busca salvarse y danos tu gozo Eterno. AmĂ©n. Hacer el Acto de ContriciĂłn y rezar tres Credos.
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