ORACIÓN PARA HABLAR CON EL DIOS VERDADERO

 


Señor, así como tú siempre tienes tiempo para mí, para escucharme y atenderme, hoy yo quiero disponer de este tiempo para dedicártelo a ti, para conversar contigo de las cosas que están pasando en mi vida y sentir que estas aquí y que eres mi amigo.

Por eso Señor Jesús, te ruego que me ayudes a comprender el propósito de cada dificultad que se me presente, y de las que en este momento me están quitando la tranquilidad y no me dejan ser feliz.

Dame sabiduría Señor, para encontrar la solución a mis problemas y para entender que todos son pasajeros y que con tu ayuda puedo superarlos rápidamente.

Tu eres mi medicina, mi provisión y mi consuelo Señor Jesús.

Sé que tú tienes un propósito para mi vida y yo quiero cumplirlo, porque sé que así encontraré mi felicidad y podré agradarte.

Muéstrame las señales Señor, que me indiquen el camino que debo tomar para salir victorioso de este problema y encontrar la paz de mi alma.

Señor, ayúdame a vencer mis debilidades, para ser cada día una persona con más confianza en mí mismo, tomar las decisiones correctas y actuar de acuerdo con tu voluntad.

Ayúdame a reconocer mis errores y a ver con claridad lo que me está conduciendo a tener estos problemas en mi vida.

Te pido Señor, que seas tú, quien conduzca mi vida por caminos despejados que me conduzcan a la prosperidad que tanto anhelo, a la felicidad de tener bien a mi familia, a la seguridad de saber que tú me guías siempre y a la salud que me permita disfrutar de este mundo maravilloso cada día.

Jesús, no permitas que me enceguezcan los éxitos y las posesiones materiales, enséñame el valor de la humildad y dame la capacidad de reconocer siempre que todo proviene de ti, y que la mayor dicha de tener algo está en compartirlo.

Confío en tu promesa mi Señor, tu dijiste: “Pide y se te dará”, por eso estoy aquí en este momento de soledad y comunión contigo, porque te amo y porque sé que me amas, porque sé que me escuchas y que deseas lo mejor para mí.

Tus tiempos son perfectos Señor, confío en ti ahora y siempre.

¿A quién más puedo acudir sino es a ti? tu eres mi amigo, nadie me conoce mejor que tú, nadie ha dado su vida por mi salvación sino tú, nadie me mira con más misericordia y amor que tú.

Pero también sé mi amado Señor Jesús, que nadie espera más de mí que tú.

Señor Jesús, perdóname porque a veces me olvido de ti, especialmente lo hago cuando todo marcha bien.

Te quiero dar gracias por este día, por mi vida, por mi familia, por mis amigos, por mi trabajo, por mi cuerpo, por mi mente, por el sol, la luna, las estrellas, la lluvia, el clima, los ríos, las nubes, la tierra, los árboles, los animales, por mi hogar, porque puedo ver, oler y sentir, ¡Gracias infinitas, mi Señor!

Sé que aún me faltan muchas cosas por agradecer, pero lo que quiero, es que sepas que, aunque no las enumere todas, me siento muy agradecido(a) con todo lo que me rodea porque sé que son bendiciones tuyas.

Incluso las cosas que a veces pienso que son malas, son cosas que muchas veces me están liberando de un mal mayor, me están pasando para que me acerque más a ti, o me están dejando una gran enseñanza que me servirá para ser mejor persona.

Gracias por esta conversación contigo Señor Jesús, porque estás siempre dispuesto a escucharme, me siento liviano ahora. Siento que me he quitado un peso de encima y que ahora las cosas van a ser diferentes porque tú me guías y porque cuento contigo.

Bendíceme, Señor.

Amén.

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