Glorioso y buen san José,
tĂş que has conocido todo tipo de tribulaciones
para encontrar alojamiento para MarĂa y JesĂşs.
Recuerda tu preocupaciĂłn hacia ellos,
tus diligencias y las puertas cerradas que encontraste
mientras acompañabas al Niño Jesús camino del censo
luego al exilio y, por fin, de vuelta al paĂs.
En la precariedad,
siempre te encargaste de las condiciones materiales,
expresando asĂ tu amor y preocupaciĂłn,
tu presencia fiel y protecciĂłn hacia MarĂa y JesĂşs.
Vela por mis diligencias para encontrar alojamiento,
que la búsqueda sea fácil y clara;
cuida en especial por mi relaciĂłn con los propietarios
y las condiciones de arrendamiento.
Que esta nueva vivienda sea un entorno acogedor, tranquilo,
con buenos vecinos y buenas relaciones entre todos.
Que todos los que vengan a mi casa (nuestra casa),
sean recibidos por tu presencia.
Introduce en este lugar el amor de JesĂşs y de MarĂa.
Amén.
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