Mi Hijo JesĂşs está en mĂ y yo estoy en El, en nuestro mutuo amor que es el EspĂritu Santo que nos tiene unidos con este vĂnculo de caridad que hace que nosotros seamos UNO. El, mi Hijo, es la alberca de esta fuente que está siempre llena de agua de salvaciĂłn, ¡hasta el punto de desbordarse! para que los hombres puedan sacarla de su corazĂłn
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