Todo vuelve, es ley universal.

 Muchos creen que esta ley no se cumple, que no es cierto que uno da lo que recibe y es comprensible, ya que no siempre vemos como nuestro NĂ©mesis cae ante nuestros ojos.

Generalmente los observamos y los vemos plenos y felices lo cual acentĂşa mas el dolor para quien aĂşn sigue aferrado al pasado, e incentiva a quienes creen que por ser lastimados tienen el derecho a lastimar.
Analizamos lo que vemos y sacamos nuestras conclusiones pero no sabemos nada de lo que pasa por lo bajo, de lo que no se ve y en nuestro deseo de "justicia" esperamos para el otro el mismo final que vivimos y cuando eso no llega, creemos que la justicia divina no existe, pero entendamos que, el hecho de que nosotros no podamos ver como deseamos la caĂ­da de quien consideramos nuestro "enemigo", no significa que no reciba lo que alguna vez dio.
Si una persona actúa de forma poco feliz e imponiendo su propio bienestar a costillas del sufrimiento ajeno, por efecto le va a tocar vivir lo mismo que esta causando, quizás no vuelva de la misma manera, bien podria volver en forma de pérdidas o de enfermedad, pero tarde o temprano va a volver y nos es nuestro trabajo decidir como, cuando o dónde.
Nuestro trabajo es poder identificar que aspecto de nosotros estamos descuidando y cuales son las causas personales que nos llevan a conectarnos con determimados personajes, si en lugar de mirar hacia afuera, nos centramos en nosotros mismos, bien podriamos idenfiticar, con claridad, el motivo por el cual seguimos viviendo en el pasado, aferrados a emociones destructivas y sin poder avanzar al siguiente nivel.
Destaco:
Cuando una persona vive en su pasado no logra ver con claridad y son sus emociones las que toman el control de su vida.
Imposibilitad@ de mirar hacia adelante se estanca y al hacerlo se genera una baja dramática en su nivel vibracional, por lo tanto por más que intente caminar hacia adelante como su mente esta en el pasado, le será imposible avanzar.
El universo siempre nos provee y en este caso le proveerá con todo aquello que este alineado a su mismo nivel, motivo por el cual quien se queda con el veneno observa como su mundo se derrumba, mientras que su verdugo, en apariencias, aún permanece de pie.
Lo que damos vuelve...
Lo que pensamos y sentimos también


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