LA LAGUNA NEGRA.-



Para celebrar su primer año en la universidad, seis amigos fueron a acampar a la intemperie. Después de conducir por varias horas desde el pueblo más cercano, descubrieron una laguna situada a un lado de un barranco, la cual era ideal para bucear. Instalaron su campamento en el bosque cercano y pasaron la tarde nadando en el agua cálida y clara.

Cuando el sol se hundió detrás de los árboles, uno de los amigos fue hasta el punto más alto del barranco y saltó, mientras que los otros cinco lo observaban. La risa del grupo se atenuó lentamente a medida que esperaban a que saliera a la superficie. Solo les tomó medio minuto para que se lanzaran al agua en búsqueda de su amigo. Riñendo y chapoteando entre los troncos de la laguna, lo buscaron inútilmente. Al final, se desenredaron y subieron a la superficie, pero nunca vieron a su amigo de nuevo.
Con el corazón roto, regresaron a la ciudad y experimentaron un año solitario y extraño, en el que su único consuelo era el conocimiento de que regresarían a la laguna para honrar el aniversario de la muerte de su amigo.
Pasó un año y regresaron a la laguna a manera de homenaje, pero en tanto se acercaban, vieron a su amigo parado ahí con la cabeza inclinada. Emocionados, lo llamaron y comenzaron a dirigirse hacia él, pero no se dio la vuelta. A medida que se acercaban, lo llamaban más desesperada mente, en vano.
CorrĂ­an jubilosamente hacia su amigo, pero se detuvieron en seco cuando vieron que no habĂ­a una cruz en la orilla de la laguna, sino que eran cinco.

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