Oh Virgen Santísima de la Candelaria
emperatriz soberana y verdadera luz, sol, faro y estrella de todo lo creado, lumbre divina y gloria de tu pueblo que siempre nos ofreces tu encendida candela del amor y nos favoreces con tu resplandor, hoy nos inclinamos ante tu sacratísima imagen para venerarte, para decirte lo mucho que te amamos y agradecerte toda la atención que nos das, pues eres plena de gracias, repartes con misericordia entre nosotros tus favores, y nos libras de males y nos llenas de bienes.
A Ti venimos con la confianza y sencillez de hijos, para que guíes nuestros pasos con tu gran fulgor.
A Ti llegamos con nuestras alegrías y penas con nuestras intranquilidades y esperanzas, buscando tu poderoso amparo y patrocinio pues con solo pronunciar Tú nombre de Candelaria encontramos sosiego y paz en nuestras apuradas vidas, con solo llamar a las puertas de tu clemente corazón sabemos se solventar nuestros infortunios y adversidades.
Oh, virgen milagrosa de la Candelaria, te rogamos, bendícenos Madre, ruega por nosotros sin cesar, bendice nuestros hogares, bendice nuestras vidas.
Oh, dulcísima Virgen de la Candelaria, Madre de Dios y Señora nuestra
Tú, que a todos tus hijos cuidas y beneficias
Tú que has manifestado el poder de tu intercesión con millones de milagros y gracias y para ti Madre no hay imposibles, haz que sean oídas nuestras humildes suplicas y consíguenos con tus benignas influencias lo que con tanta fe y viva esperanza pedimos ahora:
(decir lo que se desea conseguir)
Mi querida Virgencita de la Candelaria, que tu luz inextinguible se mantenga propicia para todos, y como hijos de tu luz, alcánzanos salud en nuestros padecimientos y dolores, remedio en nuestras carencias y problemas, y defensa ante los enemigos, peligros y males.
Tú que eres nuestra fortaleza, se siempre y en todo nuestra protectora y abogada y haz que guiados por la luz de tus inspiraciones resucitemos de la muerte del pecado a la vida de la gloria, y por tu poderosísima intercesión consigue que alcancemos lo que te pedimos en esta oración, si es para gloria de tu Santísimo Hijo y provecho de nuestras almas.
Amén.
Hacer la oración nueve días seguidos, encendiendo una vela blanca cada día.
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