MITOS LEYENDAS Y COSTUMBRES PAGANAS EN EL CRISTIANISMO
Durante el desarrollo de las diferentes civilizaciones se crearon rituales, simbologĂas, conceptos y tradiciones para adorar a sus dioses y deidades; estas se fueron transmitiendo de manera oral y escrita a travĂ©s de los tiempos, por ello encontramos muchas coincidencias en diferentes culturas, que van desde los griegos, romanos, sumerios, egipcios, babilonios; incluso en continentes aislados como en las amĂ©ricas los encontramos en las culturas incas, mayas y aztecas entre otros.
Desde los orĂgenes de la civilizaciĂłn los seres humanos adoraban al Sol y a los Astros a quiĂ©nes consideraban como fuentes dadoras de la vida y de la muerte, este era el comĂşn denominador un Dios supremo; normalmente esta divinidad se identificaba con el Sol, asĂ por ejemplo para los sumerios fue Shamhash, para los egipcios Ra y para los griegos Zeus, para los babilonios Bel/Baal.
El sol renace en cada mañana y trae consigo la luz, el calor y aparta al hombre de la oscuridad, de las tinieblas, de la noche helada, de los peligros que trae consigo la penumbra. Para estas civilizaciones fue fácil entender que sin el astro rey no habrĂa cosechas, no habrĂa seguridad y la humanidad no hubiese podido sobrevivir. Esta potĂsima razĂłn es la que ha hecho del Sol el elemento más venerado y respetado a travĂ©s de todos los tiempos.
Pero el Sol no estaba solo en el firmamento, junto a Ă©l se encontraban otros Astros que conformaban las 12 casas del zodiaco; Esto les permitiĂł a los antiguos predecir y prevenir acontecimientos astrolĂłgicos que se repetĂan en unidades de tiempo como los eclipses, las fases de la luna, la apariciĂłn de los cometas y la astrologĂa.
La cruz del zodiaco se erige como uno de los iconos conceptuales más antiguos de la humanidad, donde durante un ciclo el Sol visita cada una de las 12 casas del zodiaco, esta representa los 12 meses del año, las cuatro estaciones y los solsticios de invierno y de verano; a su vez el solsticio de invierno representa el renacer del sol; aquà es importante destacar el enfrentamiento que se presenta entre la oscuridad y la luz, lo bueno contra lo malo; paradigmas que siempre han constituido una dualidad Mitológica.
La historia que representaba al sol naciente y la resurrecciĂłn se volviĂł comĂşn en diferentes culturas, donde aparecen sus divinidades conservando de acuerdo a varios escritores una misma estructura mitolĂłgica en versiones que por supuesto causan controversia y no siempre como sucede en el catolicismo cuentan con fuentes escritas que se puedan confrontar con otros documentos o sea solo constan en sus cĂłdices: segĂşn el libro de los muertos de los antiguos egipcios, Horus naciĂł de la virgen Isis, Su nacimiento fue acompañado por una estrella en el este para entrar y adorar al nuevo salvador, fue un niño maestro, a los 30 años fue iniciado por una figura conocida como Anup, tuvo 12 discĂpulos que lo acompañaron en su travesĂa, realizĂł muchos milagros, curĂł enfermos y caminĂł sobre el agua, fue traicionado por TifĂłn, Enterrado y resucitĂł a los 3 dĂas; Atis de frigia naciĂł de la virgen Nana y fue crucificado, enterrado y resucitĂł al tercer dĂa; Krishna de la india naciĂł de la virgen Devaki, Con una estrella del este que señalĂł su llegada, hizo muchos milagros con sus discĂpulos y tras su muerte resucitĂł; Dionisio de Grecia naciĂł de una virgen el 25 de diciembre, se constituyĂł en un maestro viajero hizo milagros transformĂł el agua en vino, fue llamado hijo de Dios, tras su muerte fue resucitado; El Dios Mithra de Persia naciĂł de una virgen el 25 de diciembre, Tuvo 12 discĂpulos e hizo milagros, tras su muerte fue enterrado durante 3 dĂas y resucitĂł.
Como ellos existieron muchos otros dioses en diferentes culturas del mundo que conservan las mismas o similares caracterĂsticas mitolĂłgicas.
En la mitologĂa griega y romana el 3 es considerado como el principal atributo de los sucesos legendarios, los druidas consideran al nĂşmero tres como de gran influjo dentro de las prácticas sagradas, para los Mitras se suponĂa que el EmpĂreo se sostenĂa por medio de tres inteligencias.
Cuando el mensaje de YahoshĂşa fue llevado a varias partes del mundo por sus Talmidim/DiscĂpulos, comenzĂł una separaciĂłn de la Emunáh y en roma se estableciĂł la más representativa de apostasĂa por las congregaciones y creyentes que estaban en Roma tomando sĂmbolos, practicas, creencias, tradiciones, etc. Mezclándolas luego con las Kadosh KetuvĂm.
En algunas culturas el 6 de enero se conmemoraba la fiesta de la Luz con la misma connotaciĂłn del nacimiento del Sol, por ejemplo, en AlejandrĂa durante la noche del 5 al 6 de enero se memoraba el origen del tiempo, Aion, mediante una procesiĂłn con antorchas que se dirigĂa hacia el templo de Korion.
En cuanto a los reyes magos su origen podrĂa remontarse a tradiciones orientales que se refieren a doce magos, para los armenios eran quince. Los documentos más sĂłlidos nos remiten a Persia y corresponden a las CrĂłnicas de Zuqnin, obra que compendia historias de Oriente Medio anteriores al surgimiento del islam; en la cual doce reyes magos durante cada año viajaban a una montaña cĂłsmica llamada Hara Barzaiti, donde se resguardaba una profecĂa el nacimiento del mesĂas solo faltaba una señal que apareciĂł en el este en forma de una estrella que anunciaba la noticia; habĂa nacido el mesĂas. En las catacumbas de Pedro y Marcelino aparecen dos; cuatro en el fresco del siglo IV de la catacumba de santa Domitilla. En la versiĂłn etiĂłpica del proscrito evangelio de Santiago son tres, pero con los nombres de Tanisuram, Malik y Sissebá
CĂłmo se puede observar en distintas tradiciones el nacimiento del mesĂas, conlleva una secuencia astrolĂłgica, el nĂşmero de discĂpulos y la resurrecciĂłn obedecen a estos mismos parámetros, lo mismo que lo relacionado con los reyes magos.
En latĂn virgo significa virgen y en la antigĂĽedad las diosas vĂrgenes era la adoraciĂłn más representativa en algunas culturas, esta es la esta razĂłn el de tantas otras madres vĂrgenes en las diferentes religiones, por ejemplo, Misrha la madre a Adonis o Maya la Madre de Buda.
Pero quizás quienes mejor veneraron al Sol en el solsticio de invierno fueron los Romanos a travĂ©s de las fiestas de la Saturnalia o Saturnales, la cual se celebraba en honor de Saturno, quien era el padre de JĂşpiter, dios de la agricultura y la cosecha, estas festividades fueron introducidas en el año 217 a. c. con el fin de compensar al pueblo tras una batalla perdida frente a los cartagineses en el lago de Trasimeno. Las fiestas se celebraban en el templo de Saturno ubicado en el Foro romano con sacrificios y un banquete pĂşblico festivo, seguido del intercambio de regalos, festejos y carnavales en los que se relajaban los estándares sociales; el festejo se prolongaba por nueve dĂas, del 17 al 25 de diciembre.
Durante las Saturnales, se decoraban las casas con plantas, se encendĂan las velas y antorchas para celebrar el renacimiento de la luz. Se hacĂan regalos entre amigos y familiares, como los que se hacen ahora en la fiesta de la Navidad. Con estos se ponĂa fin al perĂodo más oscuro del año y se recibĂa el nacimiento de un nuevo perĂodo de luz, o nacimiento del Sol Invictus, el 25 de diciembre, coincidiendo con la entrada del Sol en la casa de Capricornio.
Eran las fiestas que marcaban la finalizaciĂłn de los trabajos agrarios, se celebrada tras la conclusiĂłn de las siembras de invierno, cuando el rigor del invierno permitĂa que las familias campesinas y sus esclavos domĂ©sticos, descansaran de su trabajo y se alejaran de la rutina.
En esas condiciones los esclavos eran liberados de sus quehaceres y se acostumbraba a relazar un cambio de rolles con los de sus dueños. En la Saturnalia las familias aprovechaban para visitar a sus amigos y familiares e intercambiar regalos. Durante esta Ă©poca se cerraban las escuelas, el comercio y los tribunales, se suspendĂan las guerras, se acostumbraba a liberar a algunos esclavos, se organizaban juegos, bacanales, bailes de máscaras y espectáculos desenfrenados que no se realizaban durante el resto del año y los romanos se entregaban a la bebida, la comida y en general a los placeres mundanos.
El solsticio de invierno, es un tĂ©rmino astronĂłmico que se refiere a la posiciĂłn del Sol. En el hemisferio norte a mediados de diciembre, los dĂas son más cortos, pero despuĂ©s del solsticio, empiezan a alargarse de nuevo. En la antigĂĽedad se imaginaban que el Sol se volvĂa viejo, hasta su deceso y luego renacĂa como un Sol nuevo.
Aun en la actualidad, son varias las culturas que celebran el solsticio de invierno con el mismo concepto antiguo del morir y renacer de la luz; En el norte de Europa los lapones lo celebran rindiĂ©ndole culto a la diosa Beiwelos, en JapĂłn existe la leyenda de Amaterasu diosa del sol, en Pakistán, el pueblo de kalash lo celebra con la vuelta de Dezao, el ser supremo, la festividad judĂa tiene lugar el 25 de Kislev, en AmĂ©rica los pueblos indĂgenas quechuas, aimaras, mapuches, rapanui entre otros, consideran que el Sol retorna con mayor fuerza despuĂ©s de su retiro invernal
A FINALES DEL SIGLO I A.C UNA NUEVA ADORACIĂ“N IRRUMPE CON GRAN FUERZA EN EL IMPERIO ROMANO SE TRATA DEL DIOS PERSA MITRA, que corresponde al dios de la luz y la sabidurĂa, quiĂ©n otorgaba la salvaciĂłn mediante la creencia de un alma inmortal.
La tradición nos revela que Mitra era el enviado del dios Sol a la tierra para redimir a los hombres, nacido como se expuso un 25 de diciembre este será adorado por la soldadesca y por los pastores.
Cada 24 de diciembre Mitra morĂa e iniciaba su “TRANSITO INFERIOR DEL SOL” para, el dĂa 25, renacer victorioso como lo se imaginaban lo hacĂa el Sol Invencible, “NATALIS SOLIS INVICTI”
Su culto estaba reservado a los hombres, su auge se dio entre los siglos I a VI D.C, su iconografĂa estaba representada por un muchacho que mataba a un toro, a su vez el toro y su sacrificio se vinculaban simbĂłlicamente con la muerte y la resurrecciĂłn, asĂ como con el cultivo y las cosechas.
¿PERO CĂ“MO LLEGAN AL MUNDO CRISTIANO ESTAS COSTUMBRES PAGANAS?
Todas estas creencias, prácticas y adoraciones paganas serĂan los antecedentes inmediatos de la misma religiĂłn cristiana cuando esta ya se estaba separando de la Emunáh hebrea, pero aun asĂ el cristianismo helenizado habĂa avanzado muy poco, primero al provenir al principio de la creencia hebrea representados en ese tiempo nada más por los “judĂos” era proscrita por el imperio romano, el otro hecho es que el imperio romano era predominantemente pagana, tanto asĂ que Antes del Emperador Constantino I (272-337) el mitraĂsmo era la religiĂłn predominante y el cristianismo era considerado ilegal.
Las dificultades que afronto el cristianismo para asentarse dentro del imperio romano corresponden a que los romanos adoraban la pluralidad, detestaban la autoridad única, por ello liderados por la familia de los junios, ascendientes de Brutus; derrocaron al último rey de origen Etrusco, Tarquinio el Soberbio y establecieron el senado como máxima autoridad, el propio julio César fue asesinado por el senado una vez se declaró dictador vitalicio.
No es que los romanos no adorarán otros dioses por el contrario cuando ellos invadĂan a un pueblo conservaban tanto a sus gobiernos, como a sus dioses y en muchas ocasiones los asimilaban o los acogĂan como propios, tal como como sucediĂł con Isis y Mitra entre otros.
Poco a poco un cristianismo helenizado se iba extendiendo por todo el imperio romano y se hace polĂticamente inviable su prohibiciĂłn, por ello Constantino con la justificaciĂłn de una visiĂłn, antes de la batalla decisiva contra el imperio romano de occidente; tras resultar vencedor en el año 312. AcogiĂł el cristianismo, pero sin dejar de rendir culto a los dioses paganos de Roma.
Sin la prohibiciĂłn la nueva religiĂłn se fue difundiendo cada vez más y su crecimiento se multiplicarĂa a partir de la expediciĂłn del decreto de tolerancia emitido por este emperador tino en el año 313 D.C. Pero no fue sino hasta el año 321 D.C. que Constantino legalizĂł el cristianismo y en el 354 D.D.
Ya legalizado el cristianismo ahora se necesitaba que las otras creencias o adoraciones a otros dioses se fueran suprimiendo para el cristianismo comenzĂł adoptar oficialmente otras creencias, asĂ tenemos que el Obispo Liberio declarĂł que el nacimiento de Cristo fue el 25 de diciembre, se escogiĂł esa fecha porque como se explicaron los romanos ya consideraban ese dĂa como festivo al dedicarlo al dios Saturno. Esto permitiĂł contrarrestar las celebraciones paganas preexistentes, con esta magnĂfica idea no se alterĂł el calendario romano y asĂ las tradiciones paganas se fueron adaptando sin tropiezos al cristianismo.
Sin embargo, los dioses paganos y en especial la fiesta del “Sol Invictus” continuaron siendo parte de la religiĂłn estatal de Roma, hasta que finalmente el paganismo fue abolido definitivamente por un decreto del emperador Teodosio I en el año 380 D.C. A travĂ©s del edicto de TesalĂłnica, instituyendo al cristianismo como la Ăşnica religiĂłn del Imperio.
Con esto el cristianismo se irĂa imponiendo en todo el Imperio, mientras que el mitraĂsmo y los demás cultos paganos irĂan desapareciendo; todo esto debido no solo al apoyo del imperio sino soportado en el simbolismo del Sol Victorioso, el cual es adaptado a la visiĂłn de un Cristo pagano.
A partir de entonces fue cuando el calendario de actos y festejos romanos fue modificándose: las Lupercales que se celebraba el 15 de febrero en honor a Lupercus, protector de los pastores y sus rebaños y como homenaje a la loba que amamantĂł a los gemelos RĂłmulo y Remo, fue sustituida por la fiesta religiosa de San ValentĂn del 14 de febrero; las Saturnales fueron trasladadas al mes de febrero y se modificĂł convirtiĂ©ndola en una celebraciĂłn previa a los dĂas de abstinencia y ayuno de la Cuaresma.
Y asĂ una tras otra todas esas antiguas celebraciones paganas acabaron convertidas en fiestas cristianas, transformando la festividad del Sol Invictus del 25 de diciembre en el dĂa de Navidad, y con ella celebrar el nacimiento de JesĂşs, aunque realmente no coincidiese en la fecha. Hasta entonces los cristianos lo celebraban el 6 de enero (EpifanĂa), la cual dejaron como DĂa de Reyes.
En el año 440 D.C. El Papa León Magno estableció definitivamente el 25 de diciembre como fecha para la conmemoración de la Natividad y en 529 D.C. El emperador Justiniano la declara de manera oficial como la festividad del Imperio.
El cristianismo, como muchas otras religiones, para poder calar mejor entre la población hubo de asimilar algunas de las antiguas conmemoraciones paganas, incorporándolas a sus ritos y cada vez más el hibrido cristiano católico apostólico romano iba creciendo en seguidores en ritos, costumbres, practicas, todas paganas tomadas de cualquier otro tipo de adoración.
Por su supuesto estas trasformaciones tenĂan un profundo contenido polĂtico sustentado en la nueva religiĂłn oficial catĂłlica cristiana, ya estando todo bien estructurado y encaminado, tambiĂ©n se procediĂł a la destrucciĂłn de muchos textos y documentos que evidenciaran esos cambios.
Es incontable la cantidad de practicas paganas que el cristianismo acogiĂł de otras religiones paganas, sin embargo, en el caso del catolicismo solo hay que ver los sĂmbolos y obras arquitectĂłnicas del vaticano para darnos cuenta de todo lo que tomaron del paganismo, por otro lado, el cristianismo protestante, aunque no usa sĂmbolos ni imágenes en esencia aĂşn sigue las creencias y prácticas del catolicismo.
Debemos continuar restaurando la creencia de toda practica y tradiciĂłn pagana, no se trata de salir del cristianismo para acoger ahora otras prácticas paganas del judaĂsmo como la reencarnaciĂłn, amuletos cabalĂsticos, astrologĂa, lectura de mano y rostro, etc.
Por tanto, el trabajo aun continua…
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