Leyendas de fantasmas mexicanos

 “La muerte no se reparte como si fuera un bien. Nadie anda en busca de tristezas”, rezan las cĂ©lebres páginas de “Pedro Páramo”, pero a pesar de ello, la vida se entrelaza con la muerte y en MĂ©xico, con historias de fantasmas que se han convertido en leyenda.
En muchos casos, las imágenes de hospitales abrasan la mente no sĂłlo por la intensidad de la enfermedad, tambiĂ©n porque en sus pasillos habitan pacientes, mĂ©dicos y enfermeras que hace mucho dejaron su existencia:


El niño fantasma IMSS de Hidalgo del Parral
Pequeñas huellas con tierra en un clĂ­nica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Hidalgo del Parral, Chihuahua, no serĂ­an un misterio si hubiera niños jugando en las instalaciones mĂ©dicas, pero personal de limpieza asegura que Ă©stas aparecen en las oficinas administrativas despuĂ©s que las asean.
Puertas que se abren solas durante la noche tambiĂ©n han alarmado a más de uno e, incluso, una supuesta fotografĂ­a tomada por un vigilante justo en uno de esos misteriosos momentos revelĂł la imagen del llamado “Miguelito”, el niño que acompaña a las enfermeras cuando visitan a pacientes terminales.
Esta leyenda local dice que cuando los enfermos preguntan quiĂ©n es el pequeño que las acompaña, han tenido que mentir y asegurar que se trata del hijo de alguna compañera.
“La Planchada” atiende a los pacientes del Hospital Juárez de MĂ©xico
Elegante, arreglada, con un uniforme impecable y perfectamente planchado, una enfermera se encarga de brindar todas la atenciones a los pacientes, sobre todo a aquellos que han sido ignorados por algĂşn tiempo.
Dicen que en vida se llamĂł “Eulalia” y fue una joven atractiva cuya apasionada vocaciĂłn por servir al prĂłjimo la llevĂł a trabajar en el antiguo Hospital Juárez de la Ciudad de MĂ©xico, sin embargo, se enamorĂł de “JoaquĂ­n”, un mĂ©dico que le propuso matrimonio y que a sus espaldas se casĂł con otra, situaciĂłn que la deprimiĂł al grado de abandonarse a sĂ­ misma y a sus pacientes, quienes llegaron a morir por sus descuidos.
Finalmente enfermĂł y falleciĂł, pero se convirtiĂł en alma en pena que ahora trata de enmendar sus errores, de modo que viaja de hospital en hospital para ayudar a los enfermos, quienes la llaman la “La Planchada” o “La enfermera visitante”.
El médico fantasma de Lecumberri
Hasta hace cuatro dĂ©cadas el actual Archivo General de la NaciĂłn fue una prisiĂłn en la que golpizas, tortura, humillaciones y tratos denigrantes se hicieron acciones recurrentes. El llamado “Palacio de Lecumberri” fue inaugurado durante el Porfiriato, en 1900, y además de celdas contaba con talleres, enfermerĂ­a, cocina y panaderĂ­a.
Aunque fue creado para albergar a 800 varones, 180 mujeres y 400 menores de edad, llegĂł a encerrar a más de 5 mil personas, sobrepoblaciĂłn que originĂł pĂ©sima alimentaciĂłn, descuido de los internos y corrupciĂłn de todos los tipos.
Sus muros se usaron aprisionar incluso a personajes como JosĂ© Revueltas, acusado de incitar el movimiento estudiantil de 1968, donde varios jĂłvenes vieron sus Ăşltimos dĂ­as.
En 1976 fue finalmente convertido en archivo histĂłrico, pero en sus pasillos deambula un mĂ©dico que por las noches se presenta a los guardias preguntando por una área desaparecida.
mĂ©dico de la instituciĂłn y sĂłlo ha ido a atender a un empleado indispuesto. Los guardias buscan respuesta para el visitante al que consideran loco, pero Ă©ste desaparece cuando van a responderle.
Se dice que el mĂ©dico de Lecumberri no se le aparece dos veces a la misma persona, y hoy, su presencia sigue siendo un misterio.


Publicar un comentario

0 Comentarios