Las fuentes Qabalísticas describen a Lilith como la consorte de Samael, Príncipe del lado siniestro, quien a menudo se identifica con Lucifer-Legba.
Juntos gobiernan todo el Árbol Qlifótico: Samael / Lucifer desde su Trono en Thaumiel, y Lilith - que aparece como una ayuda en cada nivel del Árbol, actuando como guía e iniciadora en el Sendero Luciferino.
Seduce a los Iniciados y los guía a través del camino de mentiras y tabúes para ayudarlos a liberar el poder de la serpiente de ébano, la fuerza Kundalini inherente a la sexualidad.
Al igual que la fuerza Kundalini que despierta la conciencia y la libera de las ataduras de la ignorancia, Lilith libera al alma de las ilusiones de la carne y despierta el Deseo espiritual.
Ella y Lucifer se pueden comparar con dos serpientes que constituyen el concepto tántrico y equilibrado de la Kundalini: Ida - la fuerza femenina lunar, y Pingala - la corriente solar masculina.
Se elevan desde el centro sexual en la base de la columna vertebral, ascendiendo a través de la espina dorsal y fusionándose en éxtasis en el Tercer Ojo, el centro de la conciencia despierta.
La imagen de su unión y el principio circundante es Leviatán, el principio de continuidad y existencia eterna.
Al estudiar profundamente conocemos a Lilith en la primera Qlipha en el Árbol Tenebroso en la esfera Na'amah, la oscura contraparte de Malkuth, también llamada "el útero de Lilith" o "la cueva de Lilith", ya que es la entrada al Otro Lado (Sitra Ahra) del árbol qabalístico.
En el tantrismo, el equivalente de este nivel espiritual es el chacra Muladhara, donde la serpiente Kundalini yace enroscada, esperando ser despertada. Luego, ella nos guía a través de los misterios del reino astral, donde "morimos" al mundo físico y renacemos a las maravillas del Lado Nocturno.
Su verdadero" útero "es el reino de Gamaliel, desde el cual el Iniciado bebe la sangre de la luna y cae en un trance de sueños y fantasías visionarias, explorando la Sombra Interior.
Gamaliel es el Grial profano lleno de la sangre lunar de la Diosa: el elixir a través del cual se revela el misterio de la vida y la muerte. Su misticismo sexual es el hambre de la Ascensión, el deseo de vencer nuestra naturaleza finita. Por esta razón ella es llamada la Madre de los Abortos y desprecia el instinto puro de reproducción y el desperdicio de las energías sexuales para la mera supervivencia de la especie. Si bien lo natural para el hombre es procrear a fin de proporcionar la continuación del linaje, lo cual es un sustituto de la inmortalidad, Lilith enseña a buscar la inmortalidad en sí misma, no a través de la reproducción de la carne sino a través del ascenso espiritual individual.
Ella transforma el impulso biológico en deseo metafísico. En el Sendero Siniestro, Lilith es el emblema de la corriente magicka lunar femenina, complementaria a la corriente solar masculina de Lucifer.
LILITH, LA REINA DEL LADO SINIESTRO
Lilith es la personificación más famosa de la fuerza femenina del Lado Siniestro, la Reina de la Oscuridad.
Conocida por primera vez en la antigua tradición mesopotámica, aparece desnuda en sus representaciones más antiguas, con pechos prominentes y cabello suelto, que simboliza su fuerza sexual indomable que es la clave de su gnosis.
En las leyendas medievales, la vemos en la forma de la Serpiente en el Jardín del Edén, tentando a la primera pareja humana a probar los frutos del Árbol del Conocimiento.
En la literatura judía, Lilith es la primera esposa de Adán y la madre de los Daimones y las Abominaciones de la tierra.
Ella es la Reina de Saba de la leyenda del Rey Salomón y la Diosa del Diablo del Sabbat en los ritos orgiásticos de brujería. Ella es la Medusa con una mirada mortal, la Arpía que chilla en la noche, la Lamia que devora a sus amantes, la bruja sedienta de sangre y el monstruo que devora hombres.
En la ideología feminista, ella es la mujer liberada, y en la psicología junguiana representa la parte oscura e inconsciente de la psique.
El mito más famoso de Lilith es la historia hebrea del Jardín del Edén, que la describe como la primera esposa de Adán, la anterior a Eva. Según la leyenda, Lilith y Adán fueron creados juntos, desde el barro de la tierra. Y como fueron iguales en su creación, Lilith se negó a sucumbir ante su marido cuando intentó imponer su voluntad sobre ella en el acto sexual.
Ella voló al cielo con furia, gritando el nombre secreto de Dios (Shemhamforash), y dejó el Jardín del Edén, estableciéndose en la orilla del Mar Rojo, donde se apareó con demonios y dio a luz a cientos de espíritus.
Por esta razón, llegó a ser representada como un demonio, súcubo que atormenta a los hombres durante el sueño y roba su semen, una vampira que mata a los niños mientras duermen, amenaza a las mujeres embarazadas y es reina de todos los espíritus malignos del mundo.
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