El autoconocimiento no es un fenĂłmeno puramente cognitivo. El autoconocimiento pasa por un proceso que es como un descenso a los infiernos, que duele; para reconocer cĂłmo es uno, tiene que reconocer que uno no es ese personaje ideal que cree ser cotidianamente, ese personaje que uno le muestra a los otros...
CĂłmo es uno de verdad, se va descubriendo poco a poco. Pero el viaje por el autoconocimiento pasa por encontrarse con la sombra... que es lo asqueroso, lo pecaminoso, lo prohibido, lo demonĂaco. Y quien no se encuentra con el diablo dentro de uno mismo, todavĂa está muy a medio camino en el viaje interior, no ha viajado en serio, se ha quedado muy superficialmente.
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