Voynich.El secreto

 En 1912 Wilfrid Voynich, buscador de libros extraños, se topĂł en Roma con un manuscrito de unas 230 páginas (puede que originalmente tuviera más de 300) con aspecto de grimorio medieval y escrito en un lenguaje que, a dĂ­a de hoy, nadie ha conseguido descifrar. Es más, ni siquiera se puede decir que haya un texto que descifrar y quizás no es ni un lenguaje. PodrĂ­a estar escrito… en un idioma creado ex profeso, no tener ningĂşn sentido, ocultar un mensaje en un cĂłdigo misterioso…



El libro contiene imágenes y textos, y está dividido en seis secciones que hablan (o parecen hablar) de biologĂ­a, astronomĂ­a, hierbas… y profusamente ilustrado con imágenes de tĂ­as en pelotas. Lo que lo hace tan extraño no es que no diga nada, sino que parece querer decir algo. De hecho, aunque carece de puntuaciĂłn, está escrito de un tirĂłn, sin tachones, y con una apariencia de idioma autĂ©ntico (el voynichĂ©s) que no deja de sorprender. Si fue simplemente una broma, el que lo hizo se tomĂł su tiempo. Puede parecer una gilipollez pero no lo es: William R. Newbold, decano de la Universidad de Pensilvania y condecorado tras la I Guerra Mundial por su talento para descifrar cĂłdigos enemigos, muriĂł loco en 1926 tras una obsesiva bĂşsqueda de una soluciĂłn.

Hasta hace apenas una semana, el volumen estaba fechado en algĂşn momento entre 1450 y 1520. Ahora, gracias a la pruebas del Carbono 14 a la que han vuelto a someter sus páginas, la Universidad de Arizona ha logrado concretar más: entre 1402 y 1438. Parece mentira, pero es prácticamente lo Ăşnico que se sabe a ciencia cierta. Un pequeño paso que, por lo menos, ha permitido eliminar al escritor Roger Bacon de la lista de posibles autores (viviĂł en el siglo XIII), y a quien desde el siglo XVII se le atribuĂ­a su autorĂ­a.

El descubrimiento no excluye, en cambio, a John Dee, el mĂ­tico mago y cientĂ­fico (cuando ambas cosas eran sinĂłnimo) del siglo XVI y a su ayudante y amigo Edward Kelly, que decĂ­an comunicarse con los espĂ­ritus en su propio idioma. ¿Está escrito el manuscrito en enoquiano? No parece el caso. Intentar buscar un autor más allá de principios del siglo XV no tiene ningĂşn sentido, asĂ­ que el análisis invita a desechar la mejor de la teorĂ­as posibles: que Dee y Kelly lo crearon para estafar al nieto de Carlos I, Rodolfo II de Bohemia. Esto tuvo que ocurrir a mediados del XVI, pero es difĂ­cil de creer que las páginas pudieran estar casi un siglo esperando que alguien las escribiera (se cree que fue redactado durante la primera mitad del XV).

El problema es que sigue sin haber un candidato para atribuirle la autoría. Si data del siglo XV también hay que desechar a Voynich como posible autor (otra teoría que tampoco ha tenido nunca muchos adeptos). Por cierto, ninguno de los candidatos que se ha barajado hasta ahora había nacido cuando se fabricó el libro o nacieron demasiado tiempo después.

Pero si nada sabemos sobre su autor o su origen, sobre el contenido apenas se puede decir mucho más. Hay quien dice que tiene un estructura similar a la de una lengua y otros que es un cĂłdigo. TambiĂ©n podrĂ­a ser un idioma imaginario pero con una innegable lĂłgica interna o un alfabeto inventado utilizado para transcribir una lengua desconocida. Como poder…puede que todo sea un cuento chino.

El Dr. Leonell Strong ‘consiguiĂł’ descifrarlo en 1945 con un “doble mĂ©todo inverso de progresiĂłn aritmĂ©tica basada en un alfabeto mĂşltiple”, una tĂ©cnica que aĂşn hoy nadie sabe exactamente en quĂ© consiste aunque su origen estĂ© claro: se la sacĂł de la manga. Un tal John Stojko asegurĂł en 1978 que era un texto ucraniano encriptado tras quitarle las vocales. Años despuĂ©s la investigadora Edith Sherwood atribuyĂł su autorĂ­a a Da Vinci. HipĂłtesis como Ă©stas hay para aburrir, pero ninguna supera la prueba del algodĂłn.

TeorĂ­as hay más que erratas en mis post, pero que se sepa a ciencia cierta no hay prácticamente nada. Por no saberse, se desconoce hasta si fueron dos los autores (Mano 1 y Mano 2) o si se emplearon dos ‘lenguajes’ parecidos pero distintos (Currier A y Currier B). Quizás hubo un Ăşnico autor y era un zurdo. Por el tipo de letra pudo haberse realizado en alguno de los estados que luego formaron Italia. Por especular que no sea.

A dĂ­a de hoy, la teorĂ­a más probable es que el voynichĂ©s no sea un idioma, ni un cĂłdigo, ni ná de ná. La hipĂłtesis más probable –casi por descarte de las otras- es que no tiene ningĂşn sentido. Son ‘letras’ inventadas puestas una detrás de otra, aunque siguiendo algĂşn tipo de lĂłgica interna. Esta posibilidad, defendida por Gordon Rugg desde 2004, es hoy la que tiene más papeletas para ser la correcta, lo que no quiere decir que lo sea.

Es curioso, pero puede que el manuscrito cifrado MS 408 sea simplemente una broma o una estafa. Alguien que sabĂ­a escribir pudo inventarse todo un libro, casi medio siglo antes de que apareciera la imprenta, sin que se sepa el motivo (quizás para hacerlo pasar por autĂ©ntico). El manuscrito Voynich es, sin duda, uno de esos misterios que la Ciencia no puede resolver (en sentido literal) y que tanto gusta a los misteriodistas. Pero sus desvarĂ­os sobre un posible origen extraterrestres, una cultura desconocida o un libro inspirado desde el Más Allá no han aportado nada. El C-14 en cambio sĂ­. Quizás ha sido un pequeño paso, pero nos ha acercado más a la soluciĂłn que esos brindis al sol.

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