Leyes Masonicas para ser un Desgraciado con el Projimo

 1) Descubran el talĂłn de Aquiles de su adversario.

Todo individuo o colectivo tiene un punto débil, una fisura en la muralla que rodea su fortaleza y es una ventaja conocerla. Por lo general esa debilidad es algo que le causa inseguridad, y puede ser una emoción, un apego, o una necesidad que lo supera, también puede ser un pequeño placer secreto. Sea lo que fuere, una vez que ustedes hayan descubierto esa debilidad, se convierte en un elemento de presión que podrán manejar a su favor.
2) Aprendan a Jugar con la verdad.
Hijos tengan cuidado al recurrir a la verdad, muchas veces se debe evitar porque suele ser dura y desagradable. Salvo que estén dispuestos a enfrentar las consecuencias que genera la desilusión de esa verdad en los demás, deben recurrir a ella. La vida es tan dura y problemática que muchas veces el no decirle la verdad a los demás es una mejor opción.
3) Controlen las opciones.
Hagan que los otros jueguen con las cartas que ustedes reparten. El mejor camino al negociar es hablar poco y aparentar que el negocio le ofrece mejores opciones al otro. Dejen que su adversario sea el que hable, y háganle sentir que él controla la situación. Pero cuando les toque hablar presenten opciones que siempre estén a su favor independientemente de cuál de ellas elijan los demás. Manipulen para que cualquier alternativa por la que se decida su rival, siempre los beneficien a ustedes, si no es así, no hagan ningún negocio.
4) Actúen con la seguridad del que está al mando.
Su forma de actuar determinará cómo los tratarán los demás: a la larga una presencia común y vulgar hará que la gente les pierda el respeto. Porque cuando uno se respeta a sí mismo, inspira el mismo sentimiento en los demás. Al adoptar una actitud de empoderamiento mostrando confianza en su propio poder, lograrán que los consideren destinados mandar.
5) Dominen el arte de la oportunidad.
Nunca demuestren tener prisa, ya que el apuro delata una falta de control. Muéstrense siempre pacientes, recuerden que el que muestra hambre no le dan. Actúen como si supieran que con el tiempo todos sus deseos se cumplirán. Cultiven el arte de detectar el momento propicio para cada cosa. Aprendan a controlase. No muestren ansiedad si el momento propicio no les ha llegado, aprendan también a golpear con fuerza, duro y a la cabeza cuando la oportunidad le sea propicia.
6) Ignorar es a veces la mejor opciĂłn.
El prestar atención a un problema trivial lo convierten en real. Aprendan a ignorar. Cuanta más atención le presten a un enemigo, más lo fortalecerán. A veces, lo mejor es ignorar y dejar ciertas cosas y personas de lado. Si hay algo que ustedes desean, pero no pueden obtenerlo, ignórelo. Cuanto menos interés demuestren mayor será el nivel de superioridad que verán los demás en ustedes.
7) Piensen como quieran, pero compórtense como los demás.
No demuestren la necesidad de ir contra la corriente, queriendo tener la razón y el control dándose ínfulas de superioridad, alardeando acerca de sus ideas originales. La gente pensará que ustedes desean llamar la atención y encontrarán la forma de castigarlos por hacerlos sentir inferiores. Es mucho más seguro confundirse con la masa y adoptar un cierto aire "común y corriente". Limítense a compartir su originalidad con aquellas personas de las que estén seguros que aprecian su forma de ser. Recuerden que uno solo es dueño de lo que calla.
Controlen sus emociones.
La ira y las emociones negativas son estratégicamente contraproducentes. Siempre deberán mantenerse serenos, enfocados y objetivos. Cuenten hasta 10 si están enojados y hasta 100 si tienen ira. Asegúrense de controlar su mente a través de la consciencia. Recuerden que si pueden enfurecer a sus enemigos mientras ustedes conservan la calma, obtendrán control interno y esto ya es una ventaja decisiva.
9) Menosprecien lo que es gratuito.
Desconfíen de todo lo que es gratuito, ya que podría llevar consigo un compromiso o un peligro. Las cosas que tienen valor hay que pagarlas. De esta manera, no estarán obligados a gratitud alguna, se verán libres de culpa y evitarán fraudes y engaños. Lo más inteligente es acostumbrase a pagar el precio correcto de las cosas. Hay una regla de oro para las cosas: y es que todo lo excelente tiene su precio y por lo general es alto.
10) Eviten imitar.
No pierdan el tiempo imitando ni alardeando de un pasado que no es obra suya, sino de sus padres. Encuentren su propia identidad y reafírmela con su accionar diferente, y para esto deberán necesariamente equivocarse y corregir en más de una ocasión. Eliminen la imagen que tienen de ese padre dominante o generoso, para que no caigan en imitaciones de este tipo. Cada quien debe escribir su propia historia. Ganen poder y aceptación a través de sus propios méritos recorriendo solos los caminos que haya que recorrer.
11) Muerto el perro, se acabĂł la rabia.
Cuando los problemas tengan su origen en un solo individuo que es egoísta e intrigante y sembrador de inquinas y resentimientos. No deben dejan espacio para su accionar, ya que esta conducta está en su naturaleza y otros recibirán la mala influencia de este personaje. No esperen a que los problemas que él causa se multipliquen, y no traten de negociar con él. Neutralicen esa influencia, aislándolo o eliminándolo. Recuerden que, muerto el perro, se acabó la rabia.
12) Manejen las falsas personas con el efecto espejo.
Mucho cuidado con el hipócrita y el traicionero. Para aplicar este método hay que estudiar y entender la naturaleza mental de este tipo de personas y definir bien sus acciones para poder reflejarlas. Entonces si es callado, callarnos. Si es risueño, reírnos, si saluda de besito, imitarlo. Si es cínico, hacer lo mismo. Cuando reflejamos a estos personajes comportándonos exactamente como ellos lo hacen, no lograran descifrarnos y deducir nuestra estrategia. El efecto espejo los burla y humilla, lo cual los lleva a reaccionar en forma desmedida y ahí estaremos nosotros para aprovecharnos de esta debilidad y desenmascáralos. Son muy pocos los que pueden resistirse al poder del efecto espejo.
13) Prediquen la necesidad de introducir cambios, pero háganlo con cuidado.
Todo el mundo pide y acepta la necesidad del cambio, pero a la hora de la verdad el ser humano es hijo del hábito y la costumbre. Demasiada innovación le resulta traumática y puede inducir a la rebelión. Si ustedes son nuevos en una posición de poder y hay necesidad de un cambio, hágalo pero que parezca como una leve modificación positiva del pasado y hagan alarde de respetar la forma tradicional de hacer las cosas.

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